CAMBADOS
En tierras del valle del Salnés, en la margen izquierda de la ría de Arousa, los fenicios fundaron un puerto comercial. Quedan numerosos castros y todavía se percibe el pasado marinero en el barrio de Santo Tomé. La Torre de San Sadurniño es un recordatorio de las incursiones de musulmanes y normados entre los siglos VIII y X. Prueba de su riqueza de otra época es la impresionante concentración de pazos de los siglos XV a XVIII, como los de Figueroa, Montesacro, Torrado o Bazán (ahora Parador de Turismo), las casonas de Os Fajardo, Os Couto y Os Pazos (pazo de Ulloa) o el antiguo Hospital Real. El actual núcleo urbano se desarrolló en torno a la plaza de Fefiñanes y la iglesia de San Benito. Su fama actual se la otorga ser capital del albariño. Se cuenta que unos monjes alemanes trajeron las delicadas uvas hasta el monasterio de Armenteira en el siglo XII, y que las cepas prosperaron en él. Hay que dejarse caer el primer domingo de agosto para asistir a la fiesta con degustación y concursos de cata. Cerca podemos ver el pazo de Barrantes o visitar los monasterios de Santa María de Meis y Armenteira, con iglesia del siglo XII. (c) 2009 Herminia Bevia Villalba
Desde las ruinas del viejo monasterio en el monte de A Pastora, núcleo histórico de Cambados, se divisan unas maravillosas vistas de la ría de Arousa. Construida a mediados del siglo XVI sobre una ermita románica, es una combinación de ojival tardío y el estilo denominado gótico marinero, aunque se distinguen rasgos platerescos. Conserva los arcos de medio punto, que sostenían el techo de la iglesia de una sola nave, con un cementerio bajo ellos. También se mantienen el altar y una parte de la fachada con varias figuras en relieve. Aún se aprecia la belleza escultórica en los arcos de las cinco capillas laterales. (c) 2009 Herminia Bevia Villalba
En la enorme plaza, comunicada con el mar hasta el siglo XVIII, se alza el conocido como pazo de Fefiñanes. El edificio, construido en el siglo XVI, fue primero propiedad del consejero de Felipe II Sarmiento Valladares. Más tarde sería residencia del embajador en la corte de los zares en el siglo XVII, el marqués de Figueroa. En la construcción, de planta en escuadra como la mayoría de los pazos, sobresalen los balcones circulares de esquina, el donjón y la torre almenados. Otro rasgo destacado es el gran arco que lo separa del huerto. Frente a él se alza la iglesia de San Bieito, que ordenó levantar sobre los restos de una capilla románica anterior el señor de Valladares. (c) 2009 Herminia Bevia Villalba